Conoce a los marajás de la democracia más grande del mundo
Título: Los funcionarios indios siguen tratando a los ciudadanos como súbditos
Desde la independencia de la colonización británica en 1947, India ha sido proclamada como la democracia más grande del mundo, con más de 1.3 mil millones de ciudadanos. Sin embargo, a pesar del avance democrático significativo, un halo de feudalismo burocrático aún impregna en la relación entre los funcionarios y los ciudadanos. Según un artículo reciente en The Economist, esta cultura de «maharajás» en la administración pública todavía persiste en la democracia más grande del mundo.
Esta actitud paternalista se refleja en varias situaciones, desde los trámites de registro hasta la aplicación de leyes y regulaciones. Los ciudadanos son tratados más como súbditos que como partícipes en la gobernanza del país. Existe una severa falta de rendición de cuentas y transparencia en la administración pública, y los ciudadanos a menudo se sienten impotentes para cambiar la situación.
Los largos retrasos en los tribunales y la corrupción generalizada también son reflejo del legado de estas actitudes de «maharajás». A pesar de las reformas en el sistema judicial, la justicia sigue siendo un lujo para muchos ciudadanos indios. La corrupción, que puede ser descrita como «la democracia del soborno», se ha convertido en un problema omnipresente.
Es urgente que India cambie este paradigma y actúe para garantizar que la democracia sea real y efectiva para todos sus ciudadanos. Empoderar a los ciudadanos y hacer que los funcionarios estén mejor preparados para interactuar con ellos de manera respetuosa y no autoritaria es vital para el progreso de cualquier democracia.
Los esfuerzos por cambiar estas dinámicas se están llevando a cabo en toda India, desde movimientos civiles hasta iniciativas gubernamentales. Hay esperanza, pero el camino al cambio es largo y requiere la participación de todos los sectores de la sociedad india.